TEMAS ESPIRITUALES PARA ESTUDIANTES DE ASTROLOGÍA.
LUZ
PERPETUA. FUEGO CÓSMICO. FUEGO DIVINO.
Leonardo
Díaz
Astrólogo
Metafísico.
En textos
metafísicos como “Tratado Sobre Fuego Cósmico”, de la universalmente reconocida
escritora Alice A. Bailey, se explica que civilizaciones antiguas, mucho antes
del cristianismo llamaban a Dios “Señor de la Luz Perpetua” “Señor de la Faz
Resplandeciente” o “Fuego Cósmico”. Todas las civilizaciones han considerado la
luz como la
forma más elevada y perfecta para representar Dios. En los altares de todos los ritos de la
antigüedad ardía un fuego representando el Espíritu Divino o Espíritu Santo. En
la actualidad se ofrecen velas encendidas. En metafísica se estudia el fenómeno
de la existencia en todas sus formas como manifestaciones de la Luz
Divina.
Cuando prendemos
una vela y contemplándola, oramos, rezamos o meditamos nos sentimos más
cercanos al reino espiritual. Esto se debe a que la luz es la forma más elevada
en la que vibra la materia en el plano físico. La luz se encuentra en las fronteras entre lo
físico y lo espiritual. En nuestro mundo físico, una llama se convierte en una
puerta energética hacia los reinos del espíritu.
Los fenómenos
metapsíquicos como la telepatía entre otros, se producen con mayor facilidad
cuando la mente humana se concentra en la llama de una vela. Nuestros rezos y
oraciones son más efectivos cuando invocamos a Dios a través de un fuego o
llama.
Este fenómeno es
reconocido universalmente. La iglesia católica conserva el ritual del fuego, el
cual permanece en muchos de sus altares. Igual ocurre en nuestros rituales
funerarios. Una llama se transforma en una ventana al mundo de los espíritus facilitando la
comunicación, esto es una realidad espiritual.
Cuando un ser
desencarna pedimos a su espíritu que se eleve y busque la luz.
Más allá de la
luz que percibimos en este plano existen otras formas de luz, más sutiles y en
escalas infinitas. Dios es Luz, en su Luz existimos y tenemos nuestro Ser.
Los textos espirituales enseñan que
lo que llamamos materia es una forma de manifestación de la luz, o la luz
vibrando en lo que se conoce como escala vibracional de condensación.
En la Biblia y otros textos
antiguos se enseña que Dios, el fuego primordial, creó la luz en primer lugar, y con la luz
creó el mundo, que nada se hizo sin la luz. Esto significa
que en realidad el Verbo Creador del que nos habla la religión es la luz.
La luz es Espíritu Vivo y vehículo de
manifestación del mundo invisible, en cada rayo de luz habitan entidades
espirituales de inteligencia incomprensible para los humanos, se trata de
huestes angélicas, seres de luz resplandecientes que lejos de tener alas como
los pájaros y cuerpos como los humanos, son en realidad espíritus luminosos de
avanzada evolución, tanto de la cadena terrestre como de otros mundos, todos hijos del Dios de Luz.
La forma en que los humanos podemos
concebir a Dios en nuestra mente finita, es la representación de la luz. Pensar
en la luz equivale a pensar en Dios. Instintivamente amamos la luz, y así como
en el plano físico la luz ilumina nuestros caminos despejando las tinieblas de
la oscuridad, en el plano espiritual la luz es la presencia de Dios.
Dios es más que
la luz, Él es la causa de la luz, y como la luz es la primera emanación divina,
contiene todas las cualidades de Dios. Solo podemos conocer a Dios a través de
su luz. Pensar en la Luz es pensar en Dios. Sentir que la
Luz nos envuelve equivale experimentar la presencia de Dios.
En la Biblia, Heb. 12:29, se
enseña que Dios
es un Fuego Consumidor, que todos somos hijos de la Luz y que en ella
existimos y tenemos nuestro Ser. Todas las apariciones de ángeles, y espíritus
enviados por Dios, se manifiestan en forma de Luz, como zarzas ardientes,
rayos, y fuego.
“Hágase la Luz”, Dios, el fuego primordial, creó la luz en primer lugar a partir de la Luz
creó el mundo, nada se hizo sin la luz.
“Hágase la Luz”. La luz es como el cuerpo de Dios, el espíritu vivo,
es la sustancia de su Divino Ser donde existimos nos movemos y tenemos nuestro
Ser. Todos estamos contenidos por la luz que produce la manifestación cósmica.
Un rayo de luz es el vehículo de manifestación de la
inteligencia Divina.
“Dios es espíritu y que aquellos que lo adoran, deben adorarlo en espíritu”.
En La Triple Vía del
Fuego, de Raphael, se enseña:
“Si diriges la mirada al cielo no veras sino esplendor de fuego. Si diriges la mirada a la Tierra
no veras sino fuego condensado. Si observas dentro de ti mismo no veras otra
cosa que vórtices de fuego fluídico.”
“Las jerarquías de arcángeles, ángeles, huestes
celestiales, y ángeles son categoría de la luz que se manifiestan como centro
de conciencia o expresiones inteligentes de la luz”.
“Aprende hombre que la Luz es tu herencia”.
“La vida no es más que la danza del fuego en el
lenguaje de la Luz”.
“La Omnipresencia, la Omnisciencia y la Omnipotencia
de Dios es la Luz de su Glorioso Cuerpo manifiesto en los miles de Universos”.
“La Luz es la razón pura”.
“Dios es la Eternidad, Luz del absoluto
incomprensible, sin tiempo ni edad”.
Pitágoras expreso "El cuerpo de Dios está compuesto de luz".
“La luz desempeña en el Universo la misma
función que el sistema nervioso en el cuerpo humano”.
El FUEGO, LA INTUICIÓN Y LA MEDITACIÓN.
El fuego es el más sagrado de los elementos y el más remoto de los símbolos. Es el fuego aquello que arde en el Alma de todas las
cosas. Esta luz radiante simboliza el
espíritu y la vida inmortal que se encuentran aprisionadas en la forma. Dios o
la ideación Divina gobiernan el universo manifestado mediante impulsos de inteligencia
proyectados a través de rayos de luz visibles o invisibles.
La física cuántica nos
enseña que la materia es más de un 99.99% vacía, que lo que existe es energía,
que las partículas se comportan como ondas y como partículas, onda-partícula,
lo que implica que de forma simultánea saltan las fronteras de nuestra dimensión.
Los máximos exponentes de la física moderna, entre ellos David Bonn, nos dicen;
“La luz puede producir partículas y
las diversas estructuras de la materia. La
materia es una condensación de la luz. La luz es todo lo que envuelve el
universo. La luz es energía y es información. Es el potencial de todo.
“La luz es ese trasfondo de que
todo es uno, pero su contenido informativo posee la capacidad de abarcar la
inmensa diversidad. La luz puede llevar información de todo el universo. El
universo se auto organiza, la naturaleza está viva en todos sus niveles, y es inteligente”.
“El mundo es inmaterial; la
sustancia esencial del universo es
antimateria”.
“El átomo no es en absoluto una
entidad sólida: es una jerarquía de estados de información y energía en el
vacío de todos los posibles estado de información y energía”.
Los representantes de la moderna ciencia
expresan claramente que la materia es una condensación de la luz, porque la luz
puede producir partículas y las diversas estructuras de la materia. Que la
luz lleva información de todo el
universo a una velocidad sin tiempo. Es decir que todo está unificado e inmerso en una gran inteligencia
que se expresa como luz. Ellos le llaman Orden Implicado.
El Tratado de Fuego
Cósmico nos habla de los tres aspectos del Fuego Divino manifestado por el gran Ser Cósmico que nos
contiene y en el cual existimos; llamados Fuego
por fricción de la materia, fuego Solar y Fuego eléctrico. Los tratados esotéricos nos hablan de la
manifestación multidimensional del fuego, desde ese fuego y luz que podemos
observar, hasta formas tan sutiles imposibles de ver y comprender.
Estos estados del Fuego Cósmico o
Fuego Divino están relacionados con el Fuego Negro, proveniente de
un Sol oculto en el Sol visible. Estos fuegos guardan estrechísima relación con el dogma religioso de la
Santísima Trinidad, simbolizados en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tres
manifestaciones, y sin embargo todas emanadas del Divino Fuego.
Cuando reflexionamos sobre el significado de la luz como principio de
toda energía que trae la manifestación, podemos acercarnos a la compresión de
eso que llamamos intuición. Entonces podemos definir la intuición como contacto con la información
de la Inteligencia Divina contenida en la luz.
Esta luz está presente en cada molécula,
átomo, y partícula de todo lo que existe, por lo tanto también
en nuestro Ser. Esta misma luz que inmunda todo, contiene la
información del Todo y por esta sencilla razón, el hombre puede tener acceso la
luz de su propio ser y participar de la Inteligencia Divina. En
nuestros cerebros vibran fotones de luz a velocidades incomprensibles. Los
humanos estamos equipados para tener acceso a un nivel de inteligencia muy diferente a nuestro sistema
de memoria, grabación y discriminación
conocida como mente concreta.
La intuición es ese contacto con la luz interna, o lo que
acertadamente también se le llama campo
de la potencialidad pura. La Mente Divina en el Hombre.
La inteligencia humana en su forma binaria y concreta, que utiliza el
canal de la discriminación y el análisis, sigue siendo una valiosa herramienta para el
desenvolvimiento de la humanidad en las profundidades de la materia. Pero con
la estatura espiritual alcanzada por la humanidad en los tiempos
de evolución actual,
comienza a emerger dentro del hombre una nueva forma de inteligencia. El hombre
comienza a tener acceso a la fuente de información que yace en la luz de sus
propias energías.
Las estructuras del cerebro etérico humano se han sutilizado al punto que están
apareciendo ya la manifestación de este tipo de inteligencia casi Divina, la intuición espiritual,
que en la antigüedad le llamaban estado de iluminación.
Podemos decir que este tipo de inteligencia es
la manifestación del reino de los cielos en la tierra. No es una fantasía, es una realidad espiritual.
Autoridades esotéricas de la estatura de H.P. Blavatski, Alice A.
Bailey entre muchos otros, anunciaron la aparición en la Tierra de la HUMANIDAD
INTUITIVA.
La meditación en la luz, principalmente sobre
nuestras cabezas, o lo que llamamos chacra coronario, trae el despertar de la
nueva percepción, la nueva inteligencia, la intuición como nueva condición de
la existencia humana.
Cuando meditamos en la luz, aceleramos las
partículas de nuestro cuerpo mental, elevando su vibración,
llevándolas a una condición
de fuego, de luz.
Les invito a observar
el sol naciente a primera hora de la mañana, después de mirar el sol durante un
minuto, cerrar los ojos y visualizar su luz dentro de sus cabezas y sentir como
esa luz desciende hasta sus corazones.
Puedes orar, rezar el
Padre Nuestro, imaginar a Dios en espíritu tomando como referencia la Luz
solar. Es un ejercicio sencillo. No debe durar más de 5 minutos.
El presente Mantra sintetiza
grandes verdades espirituales, se los entrego para que lo reflexionen y si
gustan los internalicen y repitan en sus meditaciones o momentos de
recogimiento espiritual. Este mantra contiene información capaz de enseñarnos
más que mil tratados esotéricos.
LES INVITO A COMPARTIR
ESTA ENSEÑANZA.
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