viernes, 23 de mayo de 2014

LUZ PERPETUA. FUEGO CÓSMICO. FUEGO DIVINO.



TEMAS ESPIRITUALES PARA ESTUDIANTES DE ASTROLOGÍA.
LUZ PERPETUA. FUEGO CÓSMICO. FUEGO DIVINO.
Leonardo Díaz
Astrólogo Metafísico.  

En textos metafísicos como “Tratado Sobre Fuego Cósmico”, de la universalmente reconocida escritora Alice A. Bailey, se explica que civilizaciones antiguas, mucho antes del cristianismo llamaban a Dios “Señor de la Luz Perpetua” “Señor de la Faz Resplandeciente” o “Fuego Cósmico”. Todas las civilizaciones han considerado la luz como la forma más elevada  y perfecta para representar Dios. En los altares de todos los ritos de la antigüedad ardía un fuego representando el Espíritu Divino o Espíritu Santo. En la actualidad se ofrecen velas encendidas. En metafísica se estudia el fenómeno de la existencia en todas sus formas como manifestaciones de la Luz Divina.

Cuando prendemos una vela y contemplándola, oramos, rezamos o meditamos nos sentimos más cercanos al reino espiritual. Esto se debe a que la luz es la forma más elevada en la que vibra la materia en el plano físico. La luz se encuentra en las fronteras entre lo físico y lo espiritual. En nuestro mundo físico, una llama se convierte en una puerta energética hacia los reinos del espíritu.

Los fenómenos metapsíquicos como la telepatía entre otros, se producen con mayor facilidad cuando la mente humana se concentra en la llama de una vela. Nuestros rezos y oraciones son más efectivos cuando invocamos a Dios a través de un fuego o llama.

Este fenómeno es reconocido universalmente. La iglesia católica conserva el ritual del fuego, el cual permanece en muchos de sus altares. Igual ocurre en nuestros rituales funerarios. Una llama se transforma en una ventana al mundo de los espíritus facilitando la comunicación, esto es una realidad espiritual.

Cuando un ser desencarna pedimos a su espíritu que se eleve y busque la luz.
Más allá de la luz que percibimos en este plano existen otras formas de luz, más sutiles y en escalas infinitas. Dios es Luz, en su Luz existimos y tenemos nuestro Ser.

Los textos espirituales enseñan que lo que llamamos materia es una forma de manifestación de la luz, o la luz vibrando en lo que se conoce como escala vibracional de condensación.

En la Biblia y otros textos antiguos  se enseña que Dios, el fuego primordial, creó la luz en primer lugar, y con la luz creó el mundo, que nada se hizo sin la luz. Esto significa que en realidad el Verbo Creador del que nos habla la religión es la luz.

La luz es Espíritu Vivo y vehículo de manifestación del mundo invisible, en cada rayo de luz habitan entidades espirituales de inteligencia incomprensible para los humanos, se trata de huestes angélicas, seres de luz resplandecientes que lejos de tener alas como los pájaros y cuerpos como los humanos, son en realidad espíritus luminosos de avanzada evolución, tanto de la cadena terrestre como de otros mundos, todos hijos del Dios de Luz.

La forma en que los humanos podemos concebir a Dios en nuestra mente finita, es la representación de la luz. Pensar en la luz equivale a pensar en Dios. Instintivamente amamos la luz, y así como en el plano físico la luz ilumina nuestros caminos despejando las tinieblas de la oscuridad, en el plano espiritual la luz es la presencia de Dios. 
  
Dios es más que la luz, Él es la causa de la luz, y como la luz es la primera emanación divina, contiene todas las cualidades de Dios. Solo podemos conocer a Dios a través de su luz. Pensar en la Luz es pensar en Dios. Sentir que la Luz nos envuelve equivale experimentar la presencia de Dios.

En la Biblia, Heb. 12:29,  se enseña que Dios es un Fuego Consumidor, que todos somos hijos de la Luz y que en ella existimos y tenemos nuestro Ser. Todas las apariciones de ángeles, y espíritus enviados por Dios, se manifiestan en forma de Luz, como zarzas ardientes, rayos, y fuego.

“Hágase la Luz”, Dios, el fuego primordial, creó la luz en primer lugar a partir de la Luz creó el mundo, nada se hizo sin la luz.

“Hágase la Luz”. La luz es como el cuerpo de Dios, el espíritu vivo, es la sustancia de su Divino Ser donde existimos nos movemos y tenemos nuestro Ser. Todos estamos contenidos por la luz que produce la manifestación cósmica.

Un rayo de luz es el vehículo de manifestación de la inteligencia Divina.

“Dios es espíritu y que aquellos que lo adoran, deben adorarlo en espíritu”.

En La Triple Vía del Fuego, de Raphael, se enseña:
 “Si diriges la mirada al cielo no veras sino esplendor de fuego. Si diriges la mirada a la Tierra no veras sino fuego condensado. Si observas dentro de ti mismo no veras otra cosa que vórtices de fuego fluídico.

“Las jerarquías de arcángeles, ángeles, huestes celestiales, y ángeles son categoría de la luz que se manifiestan como centro de conciencia o expresiones inteligentes de la luz.
“Aprende hombre que la Luz es tu herencia”.

“La vida no es más que la danza del fuego en el lenguaje de la Luz”.
“La Omnipresencia, la Omnisciencia y la Omnipotencia de Dios es la Luz de su Glorioso Cuerpo manifiesto en los miles de Universos”.

“La Luz es la razón pura”.

“Dios es la Eternidad, Luz del absoluto incomprensible, sin tiempo ni edad”.
Pitágoras expreso "El cuerpo de Dios está compuesto de luz". 

La luz desempeña en el Universo la misma función que el sistema nervioso en el cuerpo humano.

El FUEGO, LA INTUICIÓN Y LA MEDITACIÓN.
El fuego es el más sagrado de los elementos y el más remoto de los símbolos. Es el fuego  aquello que arde en el Alma de todas las cosas. Esta luz radiante  simboliza el espíritu y la vida inmortal que se encuentran aprisionadas en la forma. Dios o la ideación Divina gobiernan el universo manifestado mediante impulsos de inteligencia proyectados a través de rayos de luz visibles o invisibles.

La física cuántica nos enseña que la materia es más de un 99.99% vacía, que lo que existe es energía, que las partículas se comportan como ondas y como partículas, onda-partícula, lo que implica que de forma simultánea saltan las fronteras de nuestra dimensión.

Los máximos exponentes de la física moderna, entre ellos  David Bonn, nos dicen;  

“La luz puede producir partículas y las diversas estructuras de la materia. La  materia es una condensación de la luz. La luz es todo lo que envuelve el universo. La luz es energía y es información. Es el potencial de todo.
“La luz es ese trasfondo de que todo es uno, pero su contenido informativo posee la capacidad de abarcar la inmensa diversidad. La luz puede llevar información de todo el universo. El universo se auto organiza, la naturaleza está viva  en todos sus niveles, y es inteligente”.

“El mundo es inmaterial; la sustancia esencial del  universo es antimateria”.
“El átomo no es en absoluto una entidad sólida: es una jerarquía de estados de información y energía en el vacío de todos los posibles estado de información y energía”.

Los representantes de la moderna ciencia expresan claramente que la materia es una condensación de la luz, porque la luz puede producir partículas y las diversas estructuras de la materia. Que la luz  lleva información de todo el universo a una velocidad sin tiempo. Es decir que todo está unificado e inmerso en una gran inteligencia que se expresa como luz. Ellos le llaman Orden Implicado.

El Tratado de Fuego Cósmico nos habla de los tres aspectos del Fuego Divino manifestado por el gran Ser Cósmico que nos contiene y en el cual existimos; llamados Fuego por fricción de la materia, fuego Solar y Fuego eléctrico.  Los tratados esotéricos nos hablan de la manifestación multidimensional del fuego, desde ese fuego y luz que podemos observar, hasta formas tan sutiles imposibles de ver y comprender.

Estos estados del Fuego Cósmico o Fuego Divino están relacionados con el Fuego Negro, proveniente de un Sol oculto en el Sol visible. Estos fuegos guardan estrechísima relación con el dogma religioso de la Santísima Trinidad, simbolizados en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tres manifestaciones, y sin embargo todas emanadas del Divino Fuego.

Cuando reflexionamos sobre el significado de la luz como principio de toda energía que trae la manifestación, podemos acercarnos a la compresión de eso que llamamos intuición. Entonces podemos definir la intuición como contacto con la información de la Inteligencia Divina contenida en la luz.

Esta luz está presente en cada  molécula, átomo, y partícula de todo lo que existe, por lo tanto también  en nuestro Ser. Esta misma luz que inmunda todo, contiene la información del Todo y por esta sencilla razón, el hombre puede tener acceso la luz de su propio ser y participar de la Inteligencia Divina. En nuestros cerebros vibran fotones de luz a velocidades incomprensibles. Los humanos estamos equipados para tener acceso a un nivel de inteligencia muy diferente a nuestro sistema de memoria, grabación y discriminación conocida como mente concreta.

La intuición es ese contacto con la luz interna, o lo que acertadamente  también se le llama campo de la potencialidad pura. La Mente Divina en el Hombre.

La inteligencia humana en su forma binaria y concreta, que utiliza el canal de la discriminación y el análisis, sigue siendo una valiosa herramienta para el desenvolvimiento de la humanidad en las profundidades de la materia. Pero con la estatura espiritual alcanzada por la humanidad en los tiempos de evolución actual, comienza a emerger dentro del hombre una nueva forma de inteligencia. El hombre comienza a tener acceso a la fuente de información que yace en la luz de sus propias energías.

Las estructuras del cerebro etérico humano se han sutilizado al punto que están apareciendo ya la manifestación de este tipo de inteligencia casi Divina, la intuición espiritual, que en la antigüedad le llamaban estado de iluminación.

Podemos decir que este tipo de inteligencia es la manifestación del reino de los cielos en la tierra. No es una fantasía, es una realidad espiritual.

Autoridades esotéricas de la estatura de H.P. Blavatski, Alice A. Bailey entre muchos otros, anunciaron la aparición en la Tierra de la HUMANIDAD INTUITIVA.

La meditación en la luz, principalmente sobre nuestras cabezas, o lo que llamamos chacra coronario, trae el despertar de la nueva percepción, la nueva inteligencia, la intuición como nueva condición de la existencia humana.

Cuando meditamos en la luz, aceleramos las partículas de nuestro cuerpo mental, elevando su vibración,  llevándolas a una condición de fuego, de luz.

Les invito a observar el sol naciente a primera hora de la mañana, después de mirar el sol durante un minuto, cerrar los ojos y visualizar su luz dentro de sus cabezas y sentir como esa luz desciende hasta sus corazones.

Puedes orar, rezar el Padre Nuestro, imaginar a Dios en espíritu tomando como referencia la Luz solar. Es un ejercicio sencillo. No debe durar más de 5 minutos.

El presente Mantra sintetiza grandes verdades espirituales, se los entrego para que lo reflexionen y si gustan los internalicen y repitan en sus meditaciones o momentos de recogimiento espiritual. Este mantra contiene información capaz de enseñarnos más que mil tratados esotéricos.

LES INVITO A COMPARTIR ESTA ENSEÑANZA.